viernes, 11 de junio de 2010

EL CHANCHITO

Esta historia fue hace un tiempo, en la casa de Talagante.
Era una parcela en un condominio, no era campo pero tenía 5.000 y algo de mts. de tierra para regar, lo que era un desafío por lo escasa y cara del agua. Tenía espacio para mi huerta en la que se dieron muchas lechugas y ricos tomates. Había un bosquecillo para jugar a las escondidas si se me daba la gana.
Con mi amor, hicimos un horno de barro (en realidad nos lo hicieron, pero aprendí... ufff con paja podrida en barro, bien pisoteado, con mucha más técnica de lo que hubiera imaginado...) 

En fin. Este cuento parte una noche en la que feliz espero la vuelta de  Arnoldo a casa, que en esta oportunidad vuelve desde el sur de una de sus tantas faenas.
Siempre llega con algo a casa, especialmente cuando ha recorrido la carretera, porque se entusiasma viendo frutas y verduras que los lugareños ofrecen a los viajeros.
¡¡En esta oportunidad llega a casa con la camioneta cargada!!  Ya era eso de medianoche, con sacos de papas, cebollas, trenzas de ajos (lo que nunca debe faltar en casa), naranjas,  una que otra cosa que se me escapa y un bulto grande. 
Una vez que bajamos las cosas, yo ya había despertado, si, me había quedado dormida para variar, lo estaba esperando pero la tele adormece..., así que me tuve que activar, pues las cosas tenía que ir guardándolas.
Debo aclarar, que mis neuronas suelen funcionar relativamente bien de día, pero ya pasada la medianoche, día de semana, y con ya algo dormido, sencillamente funciono como por inersia..

La cuestión es que voy arrastrando sacos para allá y acá, cuando tropiezo con un graaaan bulto, del cual.... se asoma una pata.... y yo salto como resorte a muchos metros de ahí y digo, mejor dicho, grito.....

__¿¿¿¿¿Quééééé es esoooooo???? (más lloriqueo que grito, recuerden que también soy llorona).
__¡¡ Mira Marce lo que traje!!!! Es un chanchito!!  me dice Arnoldito feliz con su linda sonrisa (Para los que no hablan chileno, un chanchito es un cerdo, puerco, marrano, en fin, ese mamífero que queda delicioso a fuego lento en un horno).
__ .....¿¿¿ muerto????
__ Si!!! cómo lo voy a traer vivo!!! y viene limpiecito!!! pero tenemos que sacarle los pelos y dejarlo adobado en algún lado, para que mañana lo cocinemos en el horno!!! (el horno de barro que ya les contaba)
__ ( y yo, ya despierta del todo..) .... ah....
__ Tráeme una cuerda y lo colgamos para limpiarlo altiro!!
__ ¿...altiro?
__ Yapo!!! (él siempre tan entusiasta) anda por una cuerda!!!

Yo siempre obediente, fui, pero les confieso que estaba casi en shock
¿limpiar un chancho? ¿cuerda, dónde habrá una? ¿qué implica "limpiar un chanchito"?
En fin, llegué con la cuerda, amarramos la cuerda a las patas, después de unos minutos que me tomé para respirar hondo, cerrar los ojos, concentrarme y abrirlos nuevamente renovada y lista para agarrar con mis manitos  a un chancho, con cabeza de chancho, patas de chancho, y cola de chancho... muerto, cadáver, difunto, finado, y no de muerte natural...  

A estas alturas de la noche, noche perdida de plácido sueño y de más plácida bienvenida a mi amor que andaba lejos, hube de conformarme y hacerme la grata idea de limpiar al chancho.
Lo colgamos como decía, de las patas traseras, mi  "Rambo-Daniel Boone" tiró la cuerda a una viga de la cocina, y una vez el finado estuvo colgando procedimos a afeitarlo.
Para mi sorpresa, (no tanta en realidad, porque he descubierto que soy bien bruta y no tan en el fondo) a los minutos estaba cual matarife acostumbrada a estos menesteres. Usamos un cuanto hay para pelar a dichoso chancho, hasta con una vela le fuimos chamuzcando los pelos que sobrevivían, hasta que quedó "no tan mal pelao el chancho"... je je . (Los chilenos decimos
"está mal pelao el chancho"cuando las cosas están mal hechas o con sospechosos "arreglines"  )
Una vez listo, lo pusimos en un cooler grande, le echamos romero, sal, cerveza y salvia y lo cerramos para por fin limpiar las evidencias de la faena e irnos a descansar.

A la mañana siguiente, mi gran problema era la impresión en la Emi, cuando lo viera, así que procuré que no se metiera a la cocina y que abriera el cooler, ella tenía apenas dos añitos y me era tan difícil explicarle qué hacía un chancho muerto y adobado en la cocina... uff muy difícil, mi niña se me podía traumar...
Pero la Emi, es la Emi, llegó en su pijamas de patitas entre rulos chascones y felices, abre el cooler con nosotros apurados detrás para salvar a la princesa....
ella mira al chancho muerto.... nos mira a nosotros y veo su carita radiente de alegría mientras se pasaba su lenguita alrededor de su boquita pequeña y nos dice 


_____MMMMMMM CHANCHITO!!!!!!!! QUÉ RIIIIIIICOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!! 





Hija de Tigre sale rayada.




2 comentarios:

isabel romero dijo...

jajaajjajaaj
esta Emi!!!! si que sabe!!!!
lo que me pude reir cuando nos contaste esta historia...
tal cual...como ahora que la releo, ejejej

besos

ASTUR dijo...

Bien por Emi!!!... jaja... esta historia es de mis preferidas, y esa fotoooo... uff!
un fuerte abrazo a las dos.

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