miércoles, 23 de junio de 2010

Visitas.

Era una tarde de esas en que cada uno está centrado en sus cosas, algún comentario al toparse en la cocina, un va y viene. Estabamos todos en casa.
Como de costumbre, por esas cosas de la vida, se me ocurrió mirar por los ventanales hacia afuera... todo bien.
De vez en cuando, o creo que todos los días hay momentos en que miro hacia fuera y contemplo. Árboles, el pasto que crece (jamás me da tregua), la brisa que luego es viento ... ¿sur o norte?... no, travesía...
En realidad, ahora que lo pienso, todos los días me gusta mirar hacia afuera.
Bueno, en eso estaba, distraída, cuando siento el grito de la Sofi lejos...
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mamáaaaaaaaa!!!!!!!!!!! hay vacas en el patio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-¿¿¿qué????- yo no entendiendo nada...
Voy corriendo a ver afuera, y claro, de pronto las mascotas nos habían crecido... y estaban ahí, en mi casa, en mi pasto largo, comiendo felices uno, dos , tres..... SIETE   novillos!!!!
Vamos, me tienen que creer. Imagínen  que cuando uno mira hacia su patio, o jardín o pretención de jardín de mi parcela, y te alteras porque te das cuenta que el perro del vecino se metió a TU TERRITORIO... ¿¿¿¿¿Cómo creen que me sentí con siete vacas metidas en mi pasto?????... perdón, novillos.
El cuento es que salimos corriendo, pero no sin antes pensar un poco cómo se echan fuera de tu propiedad animalitos de esas dimensiones... y siete....
Lo primero que hicimos fue repartirnos, Sofía hacia el norte, yo hacia el sur, la Hilda chillando se fue hacia el centro. Me aseguré que los chicos permanecieran en casa, especialemente la Emilia, que estaba lista para ir a torear...
Uno apenas sabe cómo pueden reaccionar siete perros metidos en tu casa, pero no siempre sabemos cómo se sienten los novillos cuando se les echa de un lugar.
Menos mal que hemos visto cómo arrean ganado así que decidimos hacer lo observado.... gritarles con un palo en la mano... por si acaso...
Entre tanto, tuve una genial ocurrencia. Mis perros!!! si tengo tres perros, bueno, pues se habrán dado cuenta de lo que pasa...
Salí a buscarlos, gritándoles...
_ CANEEEELO!!!  JOOOOOOO!!!! SORPRESAAAA!!!!
Cómo creen que fue mi desencanto cuando encontré a mis tres mastines, guardianes, durmiendo como que la vida es sólo placer....
_ Oigan!!! vamos, vengan conmigo!!!_ les azuzaba yo para que fueran conmigo a corretear ganado pero como mis perros son flojos, me miraron con cara de tal, (flojos), como no comprendiendo las ganas que tenía yo de hacerlos correr...
Al fin se motivaron. Y salieron corriendo conmigo.
La verdad que se desconcertaron en un momento porque no sabían qué hacer con semejantes visitas en casa.


Entonces, corrimos cuesta abajo, (mi casa está en pendiente) y mientras  llegaba yo rogando por el retorno de mi aliento, los novillos volvían por el otro lado arriba...
Ahí atinaron por fin mis fieros perrines que se tiraron ladrando a las canillas de los animales, cosa que no les gustó nadita.
Nos separamos con la Sofi, con la instrucción clara que no se les pusiera al frente, que bravos no eran, pero con el susto bien podían pasar por encima de ella, y no es ninguna gracia que te atropelle un novillo, menos si viene con amigos detrás.
Descubrí que los animalitos estos son bien rápidos para correr. Tanto así, que cuando logramos acercarlos hacia la salida, me dí cuenta que un grupito de los lindos estaban felices comiendo mis manzanas. ¡Mis manzanas! con lo que esperé la cosecha, y más encima con este año tan lluvioso y sin verano, que la fruta brilló por su ausencia, las pocas manzanas que tenía en mis arbolitos ahora eran manjar de unos bobinos invitados de piedra!!!
Veía a la Sofi que ya los tenía casi listos, cuando uno asusta a estos bichos de verdad salen despavoridos.
Pero no son nada de tontos, tenían tácticas de guerra. Todo por las manzanas. Se separaban en grupos. A uno los seguían los perros, otro nosotras, mientras otros comían manzanas... ahhhhhhh qué horrroooooorrrr!!!
Ya para estas alturas ya necesitaba tanque de oxígeno. Qué barbaridad, a mi edad y correr tras novillos...
Se fueron. Salieron. Los siete!!!
cerramos la cerca, con la suerte que justo venía un auto por el camino, lo que obligó a las bestiecillas a seguir hacia su casa....

Volvimos a casa, cariñitos a los perros, buen trabajo amigos... perrines lindos...tan bravos.

Todo volvió a la normalidad y ya nos reíamos de lo sucedido, no cualquiera puede contar que se le metieron siete vacas a la casa... sí ya sé, novillos.

Al día siguiente, cerca de las cinco de la tarde siento un grito...


_Mamáaaaaaaaaa las vacaaaaaas  se están comiendo las manzanaaaaasssss!!!!!!!!!!!!!!


3 comentarios:

Alvex dijo...

Mis padre siempre cuenta la vez que se subió, en plena noche y dándoles un susto tremendo, una vaca al piso de arriba de su casa (en aquel entonces, en esa zona de Galicia al menos, las vacas solían "vivir" en el piso de abajo, en la misma casa). Dice que una vaca subir sube escaleras, pero bajarlas... Fue toda una aventura que duró varias horas e involucró a toda la familia convencer a una vaca cobarde para que bajara por la estrecha escalera y les dejara dormir de una vez.
Besos, Marcela.

isabel romero dijo...

ayyyy , marcelamiaaa
lo que no te pase a ti!!!
si al menos las vacas (novillos, jejeej) te cortaran el pasto a la medida precisa.....
piensa, ....esto...en ua ciudad...es imposible!!
así que disfruta de tus anecdotas , igual que las disfrutamos los que leemos tus narraciones

besos!!!!!

Alberto dijo...

jajajajaja!!!!
Qué divertío!!! HAHAHAHA!!!
Y la Topi siempre a la vista como buena capitana oteando el horizonte de su casa!
Qué impresiones más extraordinarias tendrá Tomito y Emilita, crecerá semisalvaje de seguro!.
Abrazos.

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